La costa oceánica del Uruguay cuenta con 225 km de largo. Son playas paradisíacas visitadas por turistas y habitantes a lo largo del año. Nuestras costas cuentan con una amplia variedad de flora y fauna.
Sin embargo, la contaminación es preocupante, y esta es una problemática mundial que viene en crecimiento generación tras generación
¿Sabías que el 70% de la superficie de la tierra es océano y menos del 8% está protegido?
El plástico inunda nuestras costas, playas y océanos a una velocidad sin precedentes. Se estima que cada año están muriendo más de un millón de aves y más de 100.000 mamíferos marinos a consecuencia de los plásticos que llegan al océano.
El mar es una de las fuentes de vida y sustento más importantes del planeta y nuestro deber es preservarlo.
5 prácticas que podés incorporar en familia para ayudar a combatir esta crisis oceánica:
ENSEÑAR
Enseñar desde la infancia las consecuencias que nuestras acciones tienen sobre el cuidado del océano y del planeta. Contarles cómo podemos, con pequeñas acciones, ayudar a revertir el daño provocado, preservando la vida marina y la salud del medio ambiente.
REDUCIR
Los plásticos de un sólo uso, ya que la gran mayoría termina en un vertedero.
CLASIFICAR
Desde muy temprana edad, podemos enseñar a nuestros hijos a clasificar los residuos que se encuentran a su alrededor (plástico, cartón, aluminio, etc). Explicarles cómo detectar si el material es reciclable y educarlos sobre las normas de reciclaje de nuestra comunidad
RECOLECTAR
La limpieza de playas es fundamental para evitar que cientos de residuos terminen en el mar. Durante todo el año, podemos ir en familia a recolectar basura a nuestra playa más cercana. Incluso, durante el verano, podemos decidir que cada ida a la playa termine o comience con un gesto de agradecimiento a nuestras costas, recolectando parte de la enorme cantidad de basura que las contamina.
TRANSMITIR
Nuestras acciones motivan a otras familias a ser parte del cambio.